viernes, 25 de febrero de 2011

La noche


La noche es larga aquí, un campo yermo, un cielo raso y mi estrella que se esconde.

Con por las ondas viajo a Libia donde el coronel se aferra al bunker como Hitler en "El derrumbamiento", manda a la gente a los cementerios y riega de sangre y lagrimas el desierto. En el Magreb amanece y el alba trae consigo las dudas y despierta a los miserables que duermen en sabanas de seda, se preocupan por la inmigración, no de la masacre. Amanece, que no es poco, hay esperanza.

Aquí lo que antes era una tierra áspera y seca ahora es cemento; asfalto; pladur y ruina. Ladra un perro a lo lejos, se llama realpolitik, creo. Diez farolas dan una luz amarillenta que alumbra extrañamente una carretera que parte en dos el coto de caza. Más allá, el lobo y su oscura boca. Son las tres de la madrugada y ondea el humo de un cigarrillo, la cabeza adormilada y el cuerpo resignado. Pronto amanecerá.

Cae el relente y la noche con sus nieblas amordaza la algarabía del día, el cielo está limpio, el aire es frio y calmo, mi estrella sigue escondida.

lunes, 21 de febrero de 2011

Hoy...

Amiguetes
Envidio a Juan Carlos I porque hiciera lo que hiciera hace 30 años iba a salir ganando. También odio a Gadafi porque lleva más de 40 años en su trabajo, roba en la oficina, es amigo de Aznar (al que tambien le gusta bombardear a la gente),  se cepilla a las secretarias (como su colega Berlusconi) y solo una revolución puede echarlo. Admiro a Angela Merkel porque es un hombre poderosa que nos gobierna con crochet de derecha.

Flipo con Messi porque es el más grande que he visto jugar (con 1,69).Me hace gracia Walter Pandiani porque le quiere (y puede) partir la cara al tontaco de CR7. Hago una reverencia a Pau Gasol porque cuando se retire nos daremos cuenta de lo que está haciendo. También aplaudo a Aranzubia que es el héroe anónimo. Me quema el dueño de Red Bull que tiene que ser muy rico para tener dos equipos en F1, por eso ahora bebo zumo de naranja de la huerta del viejo.

Pilar Rubio
Me encanta Pilar Rubio porque puede llorar y mantenerse perfecta. Parece una vulgar Mercedes Mila, que cumple el sueño de toda maruja: marujear cobrando. Desprecio a Salvador Sostres que haciendo gala de su único don (ser gilipollas) vive de ello. Sonrío con Perez-Reverte que dice lo que le da la real gana, aunque a veces se le va la pinza.

Ojo con los egipcios, cuna de la historia y catapulta del cambio. Abrazo a los pueblos que tienen más futuro que pasado. También a los chicos de Bahrein que demuestran que el petróleo no da la felicidad.

Me mosquea sobre todo y por encima de todo los que tienen en su mano el tiempo, y que además nos venden los relojes (made in China comunista). Envidio a los que pueden mirar las estrellas desde la arena del desierto y entender que todo esto da igual.

Además y como colofón me produce una sana e inocente alegría, cada vez que te veo salir y sé que desde ese momento estas construyendo el mañana, que consigues que cada día sea un gran viaje y que cada noche sea tu  sueño.

viernes, 18 de febrero de 2011

La mañana

Yo nado en el vacío
del sol tiemblo en la hoguera
palpito entre las sombras
y floto con las nieblas.
(Rima L de Becquer)


Deja que me siente en tu sombra más oscura,
Mientras los grises búhos vuelan sobre tí;
Allí he de rogar tu bendición:
No convertirme en una ilusión,
No desvanecerme en un lento letargo.
(A silent wood, E.Eleanor Siddal)



La extraña belleza de las horas intempestivas. El azogue del día que aun no ha llegado. Las fronteras entre una jornada y otra son el teatro cuando está subiendo el telón. Son el momento en que los seres caminan con tiento, cuando se hiela el aliento y se empiezan a hilar los instintos. El lobo será lobo, la liebre liebre. La calma elegante del amanecer, no en vano hay todo un día esperando entre bambalinas, maquillándose con sus tonos azulados. Sin embargo detrás queda la sombra, con la que se nublan los lobos, con la que amenazan las lejanas horas futuras.

Entre medias, queda este asombroso momento en que la luna y el sol compiten y en medio in hac lachrymarum valle los mortales abren los ojos al mundo, entre tinieblas.

martes, 15 de febrero de 2011

Cal y arena


Hoy tengo por delante un maravilloso turno de noche, por eso tengo la oportunidad de escribir un poquito esta mañana, he estado dandole vueltas a la lirica, a la narrativa y a la épica, pero en realidad lo que me apetece es hablar de actualidad. Sigo teniendo el deje periodístico, no puedo evitarlo. Por mucho que me lleve la vida por otros caminos, por demasiado que a veces parezca que no, uno es lo que es.

En los últimos días se ha confirmado la noticia, hay algo que bulle por debajo del sufrido suelo del Magreb, algo que grita libertad. Como no, los más agoreros están preocupados por el posible repunte del islamismo en esa zona.

Yo por lo que me cuentan desde los medios, creo que se trata más bien de un movimiento civil de hastío y cansancio. No creo que como dice Arturo Perez-Reverte sea el paso previo a la islamizacion radical, y al desalojo de Ceuta y Melilla.Creo mas bien que es el paso delante de la sociedad, como yo lo llamo “el salto sobre la hoguera” para plantarse en la modernidad. En Europa eso empezó en la Bastilla hace 222 años exactamente, los más temerosos predecian el caos y la anarquía. En España cuando Franco murió empezó de verdad la revolución (durante 40 años fue usado como tapón anticomunista por EEUU, y los españoles estaban para pocas revoluciones después de una guerra fratricida, y el yugo del hambre apretando fuerte), fue nuestro salto, los mas cagones temían el caos y la anarquía…Otra vez la misma cantinela. En realidad solo se trata de cisnes moribundos que no quieren perder sus privilegios. Y aquí estamos.

No quiero parecer paternalista, no es que les llevemos 222 años de ventaja, ni siquiera 36 en el caso español. Es que la historia es propia de cada pueblo y por encima de ello, de cada civilización (que diría Huntinton), cada cual tiene su desenvoltura propia, y su camino. Aunque eso si, buena parte de culpa sí que tiene occidente en que los sátrapas del mundo sigan campando a sus anchas, véase la visita de unos cuantos politicastros españoles a la Guinea de Obiang. El colonialismo y el post-colonialismo (globalización de los mercados lo llaman, jajajajaja) fomentan las dictaduras, la pobreza. Para que unos vivan bien otros deben vivir mal.


Por eso desde mi particular atalaya al borde del abismo sonrío y veo a Mohamed VI poner sus barbas a remojar en Marruecos; veo a Ahmadineyad apretar sus iranies nalgas por si acaso, veo como los privilegiados y a los que privilegian los tiranos tienen miedito, me gusta.




En otro orden de cosas aquí en la piel de toro parece que van a permitir a Camps que se presente a las municipales/autonómicas por Valencia…Es tan evidente, es tan apestoso, son los restos del caciquismo, son las redes clientelares, la ruina y el estancamiento; los aplausos bobalicones y el vivan las cadenas…Todo eso en un tipo que al final volverá a ganar, porque no hay conciencia, porque “yo también lo haría”. Y así nos luce el pelo.

Tenemos un futuro sospechoso, herido porque los que están son malos y los que vienen no entienden su letra y no tienen ni puñetera idea de cómo escribir la historia.

Ese es el drama de esta tierra herida, que me temo está abocada a naufragar de nuevo, a perderse entre los elementos y ser destrozada por las alimañas. Aunque siempre nos contaran aquello de que ellos no mandaron sus naves a luchar contra las tempestades. Ineptos los que mandan, chorizos que revolotean “por palacio” y directamente tontos del culo (los futuribles) nos llevan a la ruina, que sufriremos estoicamente, porque somos un pueblo aguerrido.

Así pues la cal para los sueños que permanecen incandescentes en el mundo árabe, para el mañana que se está haciendo hoy. Y la arena para este erial donde como siempre el futuro ya no es lo que era, porque los de aquí nos robaron la mitad (ante nuestra aprobación) y la otra mitad se la van a repartir los bancos (como siempre).

lunes, 14 de febrero de 2011

Las esperas

Dice el sabio refranero español, cultura popular lo llaman, que “el que espera desespera”.

El viajero de vocación y/o de profesión debe estar acostumbrado a esperar. El vocacional normalmente debe aguantarse las ganas durante prolongados periodos de tedio antes de poder embarcarse. El profesional tampoco se escapa ya que aunque viva de eso no puede huir, ni viajar en el tiempo y por ello debe comerse horas y horas de incómodos asientos en aeropuertos; estaciones o puertos.

Por eso el que quiera viajar, y más allá el que necesite viajar para seguir vivo, debe ser una persona paciente. Es verdad que en los últimos tiempos con las tecnologías y las gentes enganchadas a sus i-phones (por ejemplo) las posibilidades de desfallecer y desesperarse son menos. Para mi la manera de pasar el tiempo es un buen libro (en papel) y como no, un buen compañero/a de viaje que debe ser…paciente, entre otras cosas.

Aquí os dejo unas cuantas fotografías viajeras hechas durante los ratos que están en el limbo entre la espera y el mejor de los aburrimientos, el viajero.


Lime Street, Liverpool. Esperando tren a Londres

Sidi Bou Said, Esperando un Taxi.


Billund (DK), esperando, buscando un camino.


Calassetta .Saverio y Raquel en Cerdeña, esperando al Ferry

Legendaria estacion de las Docas Lisboetas

Despues de tres horas llego el Ferry Banjul-Barra (Gambia)

Cosas de Londres...


El vuelo mas al sur de mi vida...Llego con retraso.

jueves, 10 de febrero de 2011

The cavern


Long, drunk liverpudlian nite
Ayer hizo 50 años que The Beatles tocaron por primera vez en The Cavern, mítico club de Mathew Street, en pleno centro de Liverpool.

Hace ya unos buenos añitos tuve la suerte de deambular por aquellas calles, muchas y frías noches. Siempre, siempre, recordare los conciertos de los “Mersey Beatles” banda de tributo oficial de La Caverna los jueves por la noche:

The Cavern
Fuera un frio del carajo, lluvia, viento y oscuridad. La entrada escueta, discreta con un letrerito pequeño y tirando a kitsch. Un tipejo enorme encargado de la seguridad, siempre amable. Las escaleras intrincadas, la pared pintada de negro, la típica foto en el rellano con el logo…Empieza a sonar la música, parece que hay gente, sube un calor humano tremendo, sobra la ropa, sobra la bufanda… En la barra vuelan las pintas de lager (rubia de toda la vida), ponme una, en la sala 2 toca algún grupo que no conozco, turistas y sobre todo jóvenes estudiantes abarrotan la sala alargada, pared de ladrillo (es un sótano), italianos, españoles, chinos, irlandeses, holandeses, rusos, buen rollo.

Sale Paul a escena, y en un estridente acento scouser dice:”Gud nite and welcome to the Cavern”, empieza el espectáculo. Son clavados, musicalmente excelentes, versionan fielmente a los cuatro chicos que removieron el mundo hace ya demasiado tiempo.


Mathew Street

Dos horas después, público entregado coreando los acordes finales de Hey Jude, ahora ya hace un calor del copón, la cerveza bulle, el sudor brilla, una noche de jueves mas, abrazado a mi familia de allí, mis amigos.

Los que me conocéis ya sabéis que entre las ciudades feas del mundo, la más bonita, para mi es Liverpool. Y de alli mi recuerdo favorito es el que acabo de contar. Da igual que el primer local donde tocaron los Beatles fuera otro (Jacaranda) que aun sigue abierto y que es un sitio estupendo sin tantos turistas. Da igual que The Cavern original se quemara y que la que hay ahora sea una reconstrucción, igual que la banda que toca es otra reconstrucción. Sé que allí en aquel local caluroso, estrecho y agobiante, a reventar de foráneos y donde el suelo de los aseos es resbaladizo como el hielo, en aquella escalera por donde baja el público y los artistas, en aquella calle húmeda y fría sigue viviendo la magia de aquel medio día cuando cuatro chicos de los suburbios agitaron el mundo y la historia de la música.

miércoles, 9 de febrero de 2011

La reunión




En cinco días 60 horas.

Esas son las horas que he estado reunido. He estado concentrado en la labor de fabricar algo (poco) de dinero. Un día para aprender, otro para consolidar y al tercero: La nada.

Ya conté lo que era aquello, y conté como me sentía. Hoy diré que mis pies están hechos para caminar, y que por ello mi cabeza da vueltas como una peonza (que bonita palabra), miro a las piedras que adoquinan la entrada y que SÉ que vienen de la India, también SÉ que las esculpen toscamente niños desde los 3 años, y SÉ que muchas veces ni si quiera cobran, con lo cual sus familias pasan hambre, mucha hambre.

Ese es el sistema, para que unos vivan bien, otros lo hacen regular. Pero lo malo no es eso, lo malo es que para que muchos vivan regular, el resto debe vivir como esos niños hindús. Tengo claro que mi lugar esta en la delgada linea que separa a los primeros de los segundos (deslizandome peligrosamente hacia estos últimos), que tampoco hay que dramatizar.

En mis reuniones conmigo mismo (trabajando de espantapájaros, es lo normal) nunca saco nada en claro, nunca se nada, no puedo leer, no puedo escribir, no puedo escuchar la radio. Por eso lo que me queda es caminar en círculos, esperar y pensar, esas tres cosas aun no me las han quitado. La primera corre serio peligro de prohibición, la segunda es inevitable y la tercera soy yo.

En mis ratos, a veces, pienso en mis viajes: En los que ya hice y sobre todo en los que voy a hacer. La imaginación es el más veloz de los aviones, y el más insumergible de los transatlánticos. En un segundo de una gris garita, por ejemplo, a las calles de Paris; a las tabernas de Liverpool; a los Alpes; a Luzern en verano; a los Pirineos en pleno invierno; Cabo Norte a Punta Arenas; del colorido de África a la belleza de Escandinavia. Madrid y Sabina; Barcelona y Serrat; Asturias en verde… y de ahí a todos los que quedan por hacer: Méjico que me mata; Colombia; Nepal; India; China y Vietnamel barco que sueño; la vida en condicional.

Esta noche a partir de las 19.00 doce horas de reunión, doce horas para pensar donde habita la nada.

lunes, 7 de febrero de 2011

La niebla

Así hemos amanecido hoy a orillas del Mar Menor
Hoy el día ha amanecido entre brumas densas y pesadas. El día ha nacido con velo, pareciera rendir homenaje a los valientes que en el sur desafían a los dictadores, dictadores que aquí no sabíamos que lo eran, nadie nos lo dijo, no nos preocupamos por saberlo.
El velo de la niebla nos ciega , nos deja inermes ante los que dominan los anticiclones del futuro, no vemos , no sufrimos.

He descubierto por curiosidad una frase, que me ha encantado.

La frase:

"Un filósofo es un tipo que sube a una cumbre en busca del sol; encuentra niebla, desciende y explica el magnífico espectáculo que ha visto".
William Somerset Maugham

Una vez, en la otra punta del mundo (literalmente), después de caminar unos 18 kilómetros, andando ya cuesta abajo, reventados y exhaustos,mis acompañantes y yo nos cruzamos con unos caminantes tardíos (gringos). El norteamericano pregunto: ¿Como está el tiempo allá arriba"-Yo contesté: "hay una niebla de mil demonios", mi compañero (chileno de Talca) , ipso facto me corrigió:"Aun así, el espectáculo merece la caminata".
Él entendía que en el camino hay mil metas, mil hitos, y que la cumbre era solo la excusa. A mi solo me querían explotar las piernas. Luego una vez pasado el dolor , en mi memoria solo queda un bello recuerdo, un día majestuoso de los que merecen la pena ser vividos. Está claro quien  es el filosofo. Quien ve más alla del pasajero presente.


La prueba:

La niebla en Las Torres del Payne

jueves, 3 de febrero de 2011

La nada


 Cerca de Santiago de Chile. fuente: Microsiervos.
Despertando; soñando; resoplando; andando; conduciendo; llegando; la nada.

Se multiplican los ademanes; el gesto se quiere volver hacia él, saluda a los que pasan, los que pasan miran; no ven.

La ausencia de excitantes atenúa la ansiedad; el día; la noche; el alba; el crepúsculo; nacer y morir, cantar y llorar todo se mezcla en el amanecer; después nada.

El sol brilla pero no calienta, hay un cazador apostado en su puesto, canta la perdiz, suena el disparo: otra perdiz que no cantaba yace en el erial. Los tristes mueren antes.

Se levantan barreras, en Túnez, en Egipto, en Internet. Se saltan los protocolos, se ciñe el cinturón de la Merkel, no somos nadie le comenta el difunto ZP, según lo cuenta Francino.

Chirria el walkie, ininteligibles voces del mas allá, ecos de las personas que parlamentan. Respuestas de autómatas, robots, maquinas de estar en el mundo.

Desde la atalaya del presente a veces es difícil juzgar a las hormigas, desde la prisión del destino a veces es difícil que te comprendan. ¿Qué dios te guarda?.

Sin fe en nada más que en uno mismo no se puede permitir el fallo. El mundo en un bostezo, el reino por un caballo que quiera volar; la mañana y la vida eterna en cinco minutos.

Continuo tintineo de oro devaluado, horas no de gloria sino de nada, ni siquiera baloncestísticos minutos de la basura, lanza un papel y la papelera lo devuelve enojada.

Circula con viento fresco el día, pasa la hora de comer. Barras metálicas simulan el glamur de Alcatraz, cámaras de vigilancia que no saben escuchar y la vigía huérfana de Hemingway.

Se agacha Lorenzo, que luce un traje rojo hecho a medida por el tiempo, impasible saluda a los que nunca oyeron cantar sobre barcas con alas, a los que solo están por no dejar de ser.

Sopla el inoportuno levante, amenaza lluvia con negros augurios, el frio despeja dudas, viene temporal, huele a mar, aquí el horizonte siempre queda un poco más allá, más arriba.

La tarde llega como su nombre mal y nunca, se rompe el cielo y resuena Thor en el microondas de segunda clase, el café artificialmente recalentado reconforta el chubasco de fuera.

El tiempo es pesado como el plomo de las nubes de agua, despacio va recorriendo y esculpiendo otro día en las mentes rocosas, en los cuerpos pasajeros.

Se cierra la barrera, otra jornada con su peonada; otro día que es menos de lo que se espera; otro que espera a mañana llega al lugar donde habita la nada.

Conduciendo; andando; resoplando; llegando… soñando; durmiendo.

Noches de un segundo

 No dejes de soñar porque en sueños es libre el hombre. W. Whitman. Hay noches que duran un segundo y verdades tan efímeras que parece que n...