martes, 24 de enero de 2012

Preparando la mochila


Preparar una mochila para un viajecillo de cuatro días a cualquier parte de Europa es sencillo, al mismo tiempo disfruto como un mameluco con los preparativos. Es parte fundamental de cualquier aventura o de cualquier excursión aburguesada monótona y exhaustivamente fotografiada. En lo que se convierta el periplo de la mochila es cosa del porteador.

Este viajero se lleva puesto cuando sale de casa:

1 pantalones vaqueros
1 jersey ligero
1 camiseta manga corta
1 zapatillas de deporte gastadas pero no rotas
1 cartera con poco dinero en efectivo y las tarjetas de crédito revisadas


En la fiel mochila, de volumen apto para las exigencias de las aerolíneas low cost ,lleva:

4 camisetas de manga corta
2 pantalones tipo cargo (de esos con bolsillos)
Ropa interior carismática y viajada
1 jersey que abrigue pero que no asfixie
1 pequeño neceser de aseo sin nada liquido (esos controles de seguridad…)
1 cuaderno
1 cámara de fotos
1 teléfono móvil



Con esas exiguas pertenecías sobra y basta para un pequeño repiro de “one city”; de lo contrario habría que facturar maletas; y además cargar con ellas por toda la ciudad, cosa que todos sabemos es extremadamente incomoda.

La esencia del mochilero es viajar barato, en este caso nuestra pequeña excursión a Roma cumple los requisitos. Cuatro días para dos personas con desplazamiento y alojamiento llevan a un presupuesto total de 280 €. Volamos con Vueling y dormiremos en un Bed & breakfast cerca de la estación de Termini.

No hay mas planes, ni más dinero por lo que cumpliremos con todos los tópicos: comeremos en sitios de menú local; y si esto es demasiado caro un sándwich de cualquier supermercado, viajaremos en transporte público; no visitaremos las atracciones mas turísticas y caras…

Un viaje es siempre una experiencia vital e inolvidable. En este caso la citá seguro que nos ofrece algo que no podríamos tener en ningún otro sitio. Por eso vamos a buscarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Noches de un segundo

 No dejes de soñar porque en sueños es libre el hombre. W. Whitman. Hay noches que duran un segundo y verdades tan efímeras que parece que n...