Me dicen que me gusta demasiado hablar de política , que a veces se me sulfura la tecla y doy demasiada leña al mono. Hoy no hablo de política, sino de charcuteria, y de la fina.
Pero es que se lo merecen de verdad. La ultima noticia del registro y detenciones llevadas a cabo en Murcia capital me da la razón. Son ya cinco los ayuntamientos de esta región que han sido registrados.
Todo el mundo sabe que hay pelotazos y pelotillas, de las dos cosas, y que esos dos son los problemas mas graves, por endémicos, del panorama ibérico. Entre chupopteros y lame culos se nos llevan los caudales que debieran invertirse, por ejemplo, en educación para no tener un 20% de paro.
Todos sabemos que nos sangran, que nos roban con guante blanco y mano negra, pero no nos revelamos. Me da igual si firman en rojo o en azul, si son de la rosa o del pajarraco ese. Son chorizos, mangantes y papanatas. A Berberena, principal responsable de urbanismo (por ser responsable cobra , creo) le las pusieron como a Fernando VII : "¡No por Dios! ¿Cómo vas a dimitir?¿Qué has hecho tú?, asegura Berberena que le han dicho sus compañeros de partido en el Consistorio". ( diario La verdad) Con lo buena gente que tu eres, pobrecito, añadía algún otro.
Así nos luce el pelo. Debería dimitir si ha hecho algo y debería dimitir si no, porque es el responsable de lo que pase en su concejalía. Y por encima de todo eso por vergüenza torera. Si es inocente largarse y dejar a la pandilla de chorizos cociéndose lentamente, y si es culpable mas aun, porque si lo es y lo sabe, debe salir corriendo.
No lo hará. Y no lo hará porque, por ejemplo, Camps sigue en su puesto, sin vergüenza ninguna, y además ganara las elecciones. Porque Mario Conde después de llevárselas de todos los colores es una estrella de la ultra derecha y nos da lecciones de moral, porque aquí todo el mundo hace de su capa un sayo, y no hay quien se lo quite, por mucho que hayamos pasado el cuarenta de mayo democrático.
A los españoles nos da igual estamos tan acostumbrados al mangoneo y a la charcuteria a manos de reyes, curas; militares y politicastros que en el fondo todos pensamos: "Yo haría lo mismo". Los españoles creemos en el pelotazo, creemos en que la podredumbre es la base moral del hombre.
La parte latina de nuestro ser sabe que "el hombre es lobo para el hombre", a orillas del Mediterraneo hemos aprendido, sabemos que venga quien venga pasara lo mismo, y por eso ni sufrimos ni padecemos. Solo vivimos en una especie de alelamiento inmoral mientras nos despluman, nos roban, nos engañan y nos venden motos.
Un lastima, ya lo dijo Napoleón: "Tan buen pueblo, con tan malos gobernantes", acaso, es el mismo pueblo que cuando mira quien le gobierna se muestra en su mas intima esencia de desvergüenza y jeta porcina, riendo bobaliconamente en el mostrador de la chacinería mas próxima.
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