domingo, 25 de abril de 2010

Musica y viajes





En la anterior entrada hablaba de los libros que viajan y en esta hablare de músicas para viajar.

Yo procuro llevar siempre encima una buena cantidad de canciones.Una buena banda sonora es capaz de marcar un viaje. Es probablemente algo que no es imprescindible, pero si muy aconsejable. A veces uno necesita estar solo con las reflexiones que el día le deja, y muchas veces la única manera de hacerlo es escuchando música.

En este caso me voy a permitir no dar mas que un consejo, y es que sea variada. Porque evidentemente no todos los momentos son iguales, y te puede apetecer algo tranqui , ambiental mirando por la ventana en un tren o para despertar una rumbilla de los Deliquentes.

Eso va en gustos, yo por eso, procuro llevar canciones mas que discos y estilos mas que grupos. Aunque para curiosos, hay un LP que desde que salio a la venta me acompaña siempre: "El viaje a ninguna parte", del maestro Bunbury.
Otra forma en la que se relaciona la música y los viajes, es cuando te pegas sesiones de autobús maratonianas para ir a ver a tu grupo favorito. En mi caso, este tipo de locura "de juventud" la llegue a cometer un par de veces. Ir a BCN y Madrid a ver a Dream Theater (y vuelta , el mismo día).
Y finalmente resulta que la música es parte importante de los sitios donde vas.
La música en la calle es omnipresente en África, en los autobuses de linea de Túnez, en la fiesta de St Patrick en Dublin...
Pero, mi Meca musical es Liverpool, allí "descubrí" lo grandes que son The Beatles. La atmósfera suburbana de Penny Lane, el calor que puede llegar a hacer en The Cavern cuando en la calle hay "0" grados, y colgarte la guitarra de John Lennon en el escenario en la única actuación de tu vida, no es moco de pavo (Lamentable actuación víctima del vodka).
En los pubs británicos no es tan preponderante y ruidosa como en los españoles, pero recuerdo siempre volver a casa tarareando en el taxi, algo de Queen ("Don´t stop me now" a ser posible) mientras te peleas con el Kebab del Take away.
En fin, música y viajes hacen buenas migas, o te la llevas o te la encuentras pero siempre esta en las entretelas de esos momentos que luego recuerdas, con una sonrisa o con una resaca.

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