miércoles, 19 de enero de 2011

El patio de mi recreo


Isla Plana 1981. Fuente: Cartomur

Isla Plana 2010. Fuente Cartomur.
Hay un sitio en el mundo donde más allá de cualquier tipo de consideración, haya nacido allí o no, uno está en casa. Hay lugares que aparte de físicos son espirituales, son el hogar de la infancia de cada uno de nosotros. El mío en particular está en la pequeña playa donde aprendí a nadar, donde tire la primera piedra, donde guiñe los ojos mi primer atardecer. Como digo, cada uno de nosotros tenemos ese rincón en el recuerdo donde nos hicimos personas, donde crecimos y donde fuimos felices.

Las rocas
En mi idiosincrasia personal esa playa de piedras, a medio camino entre Cartagena y Mazarrón es testigo de castillos indestructibles, de caídas, de saltos, de momentos de felicidad infantil y de otros no tan infantiles. Siempre vuelvo allí, siempre me agazapo entre las rocas a ver si llegan las olas, una detrás de la otra, como siempre.

Hoy traigo a este blog un poco de esa parte de mi, traigo como era la playa en 1981 cuando mis padres me llevaron allí las primeras veces, cuando nunca quería llevar manguitos ni flotador, cuando aun se podía pescar (No yo, que tenía 3 años claro) y también traigo como es ahora. Violada, sobre-explotada, vendida.

Siempre defendí que la playa es de todos, que nadie debería poder hacer negocio con lo que es nuestro. En este país lo que no es de nadie, rápidamente encuentra alguien más avaricioso y más listo que se encarga de robarlo al resto.

La playa a ras de suelo
Eso pasó aquí, yo vi crecer las construcciones, vi llenarse los campos de ladrillos, vi llegar en jauría a los que solo buscaban el sol atraídos por los que solo querían dinero. Ahora, estos se han ido y nos han dejado ciudades fantasma, paro y una economía totalmente paralizada.

Mi rincón sigue vivo, yo lo mantengo, yo sigo paseando por la orilla y hay días en que me olvido de los miles de casas, de los cientos de millones de Euros que algunos ganaron a costa de todos los demás. A veces vuelvo a ese rincón, cuando los atardeceres eran eternos y el mar el patio más grande donde recrear los veranos.

4 comentarios:

  1. bonitos recuerdos, buena entrada,

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  2. Te lo debia ... no te pierdas puestas de sol de la zona , son unicas .

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  3. Gracias por el consejo. Soy un consumado en especialista en esos atardeceres. Ya ves, los buenos terminan juntandose, al principio o al final.

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